Una vida llena de viajes sin sentido es una vida malgastada cuando no se sabe que buscar.
No hagas de tu vida un carnaval; de idas y venidas, de viajes y estadías, de traslados y vueltas repentinas, no hagas de tu vida una fiesta donde la permanencia no es un requisito, donde sin saber lo que buscas, te pierdes, donde sin tener una meta te olvidas a ti misma y a los que te quieren.
Una vida llena de confusión, en la cual conoces el lugar para quedarte y encontrar la paz, pero el querer no está allí, el querer está en lugares recónditos. Ni siquiera sabes a donde te diriges, pero dejas ese lugar lleno de paz atrás, y empiezas tu viaje…
Te aventuras a un mundo desconocido en busca de un experimento que podría resultar fatal, te arriesgas, y sigues caminando dando tumbos por doquier, lamentablemente cuando llegas, tu destino tampoco está ahí, caminas más y más en busca del próximo lugar para quedarte, y te das cuenta que estas perdida en ti misma, cual persona en bosque sin fin, que el lugar donde tenías paz ahora no sabes dónde se encuentra, y miras hacia atrás, pero ya no hay una luz brillando esperando tu regreso.
Quizás no te has alejado lo suficiente, quizás aún estas cerca, pero lo que mantenía esa luz encendida: eras tú…
No hagas de tu vida un carnaval; donde dejar a los tuyos se hace una costumbre, donde corres dejando puertas abiertas que no deseas cerrar, pero se cierran, y quizás ya has perdido un buen hogar.
No hagas de tu vida un carnaval, donde la ganas de vacacionar te hagan perder la realidad, donde la ganas de vivir días festivos te alejen de tu hogar, donde el impulso de irte te haga perder hasta la dignidad.
No hagas de tu vida una fiesta más, donde la prueba y el error es el día, y la tristeza es la noche…
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