domingo, 26 de junio de 2016

El círculo



Te has fumado más vidas que cigarrillos. Te has pasado los días dejándote llevar por la marea que la sociedad conoce como “vicios decadentes” y vaciado tu mente de pensamientos “sensatos”. Dejaste de leer, de analizar, de hablar, de expresar. Dejaste de creer en tus propias palabras, utilizadas ahora, solo bajo influencias, para persuadir las opciones que se te presentan. Te sientes nada sin un vaso cristalizado o una pequeña bolsa marfilada.
Te empeñas en no demostrar tus problemas, mientras te hundes en ellos cada vez más. No sabes que es estabilidad, aun así, sigues intentado estabilizarte con alguien, o solo fingiendo. Dejas caer rosas a quienes sabes le gustan. Libros a quienes conversan de ello. Una dulce sonrisa suele funcionar para hacerte creer que te queda inocencia en el cuerpo. A veces llegas a creerte tus mentiras. Sintiéndote demasiado cerca de la alegría, hasta la próxima oleada de realidad. Quizás sean cosas que vayan más allá de tu control, o quizás no.

 Agrandas el círculo, pero no dejas de dar vuelta. Cayendo cada tanto en redes de sabanas. Olvidando al momento el hecho, haciendo como si nunca hubiera sucedido. No dejan sentimientos más allá del fugaz acercamiento al infierno. Porque en cada encuentro te rebajas más, en vez de llegar al cielo. Pero lo sigues intentando, porque el vicio del olvido es peor que cualquier otro. Anhelas los minutos vacíos, de solo sentir y no pensar. Tú forma de dormir, aunque nunca realmente descansas. 

Entre cortas faenas le haces honor al apodo que no se atreven a pronunciar en voz alta. Porque tienes un excelente desempeño, pero todo se basa en ti, y tu frialdad. Tus volátiles sentimientos dominan los momentos. O es a tu manera, o no es nada. A veces aceptan los términos claros. A veces son cortas lunas de miel, noviazgos fugaces, pocos momentos ardientes antes de quemarte. Le pierdes el gusto a las pieles con facilidad, incluso el supuesto amor no pudo despertar más de lo que despierta cualquier cuerpo anónimo. No ha habido nunca nadie especial, aunque hayas dicho lo contrario. En la conquista y la política es donde se dicen más mentiras. Y tú te has vuelto experta en ellas. Sigues así, girando al ritmo tecno de las discotecas, viviendo a la velocidad de los corazones acelerados. Sigues luchando contra tus pensamientos, hundiéndote en el silencio eterno.

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